Crítica a un sistema político cerrado a la participación ciudadana

La charla impartida por Juan Manuel Brito la pasada semana trató sobre los movimientos sociales y la sociedad política.

El ponente Juan Manuel Brito realizó un taller y charla (Foto: ESB-BGE)

La charla organizada por la Escuela Social de Barañain el pasado 12 de marzo titulada “El divorcio entre la sociedad política y la civil” e impartida por Juan Manuel Brito trató la emergencia de nuevos actores sociales, el debilitamiento de las instituciones estatales, la existencia de una red de interdependencia compleja y el activismo trasnacional, entre otros temas.

En lo que respecta al Estado español, Brito criticó el sistema de participación cerrado, centrado en lo electoral, implementado a partir de 1980, en una época de surgimiento y apertura a los movimientos sociales. «Surgieron nuevos actores junto a viejos actores, pero en situación de desigualdad, puesto que los viejos actores estaban en posición de poder», opina Brito. A su juicio, «se prima la gobernabilidad frente a la participación y la estabilidad frente a la democracia. La prioridad de actuación es para los partidos políticos y los sindicatos, circunscribiéndose la participación al ámbito electoral. Se refuerza el bipartidismo y el bipartidismo refuerza este sistema cerrado a la participación».

A pesar de que «parece que el sistema está en crisis», supuso la «desmovilización por la transición pactada» y también «el desarrollo tardío de nuevos movimientos sociales respecto a Europa y la rápida crisis de los mismos». En este sentido en los años 90 se da el nacimiento de los movimientos de solidaridad (ONG y ONGD) que surgen «de una manera muy institucionalizada, sujetos a subvenciones públicas, formados por personas poco proclives a la protesta y con mucha participación juvenil en forma de voluntariado. Sin embargo, llevaron a la protesta y a la desobediencia civil, a la participación y a acciones movilizadoras como acampadas y ocupaciones».

Normalización de la protesta

A juicio de Brito, se da una «normalización de la protesta pero unida a unos bajos niveles de asociacionismo, mucha protesta pero poca afiliación. España es el país de mayor participación en manifestaciones a pesar de estar a la cola en asociacionismo. El por qué de esto se puede encontrar en el sistema político poco permeable a las demandas por lo que la receptividad se produce con la protesta».

En su opinión «se ha producido una generalización de la protesta, de manera que se manifiesta hasta la Iglesia, la derecha, o las propias instituciones ante otras instituciones distintas». Junto con este hecho se ha dado un cambio en la cultura política, «ciudadanos más críticos y más expertos en la política. Además cada vez ganan más terreno las organizaciones menos estables».

Actualidad

En la actualidad, a juicio del investigador canario Juan Manuel Brito, la protesta se intensifica mientras coexisten nuevos actores junto con antiguos actores». Asimismo coexisten múltiples redes de protesta «con una coordinación informal»; todos los actores sociales, plurales, «tienen un origen reactivo»; se da un «fuerte carácter autorreferencial» y se hace uso de las nuevas tecnologías y de las redes sociales.

Entre los limites y problemas de la protesta actual, Brito considera que está «la poca permeabilidad a las demandas» del sistema público; «los límites de las protestas y la traducción institucional de las movilizaciones»; los cambios en las formas de participación y en los repertorios de acción colectiva que hacen que los partidos políticos no respondan a las demandas y a los cambios que se piden; la individualización de la política en el sentido que «cada persona tiene sus inquietudes y responde a las situaciones que dan respuesta a sus ideas, unas veces unas y otras veces otras»; la influencia de la globalización como una dificultad añadida y la «cultura política de que la protesta social, la manifestación, es la única manera de actuar».

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Gizarte mugimenduen eta sistema politikoaren harremanaz hitzaldia

Iragan asteazkenean, hilaren 12an Juan Manuel Brito ikertzaileak hitzaldia eman zuen Barañaingo Gizarte Eskolaren kurtsoaren baitan. Bertan, gizarte mugimenduen historia laburra egin zuen, instituzio politikoen ahulezia eta globalizazioaren eraginaz hitz egin zuen eta gizarte mugimendu berriei eta beren mobilizazio eredu berriei buruz ere mintzatu zen.

Historiari begiratuz, 80. hamarkadan gizarte mugimenduen hazkundearen aurrean desmobilizazio politika bat egiten dela gogoratu zuen eta parte hartzearen aurrean gobernabilitatea aupatu egin zela. 90. hamarkadan elkartasun mugimenduen jaiotza ematen da, instituzionalizatuagoak, baina mobilizatzeko gaitasuna izan zutenak.

Bere ustez, gaur egun protestaren orokortze bat eman da eta edozein instituzio, erakunde eta mugimenduk protestarako prest dago. Era berean, herritar kritikoagoak daude eta politikaz gehiago dakitenak. Erakunde eta mugimendu mota gehiago sortzen dira, egonkortasun handia ez dutenak eta protesta modu berriak praktikan jarri dituztenak, teknologia berriak, sareak edo kreatibitatea erabiliz. Bere iritziz, gizarte aktoreen artean aniztasun handia dago eta nortasun auto-erreferentzial indartsua dute hauek. Uste du era informalean koordinatzen direla askok.

Era berean, manifestazioa edo protesta soziala ekintzarako bide bakarra dela pentsatzeko arriskua dagoela uste du Britok eta ohartarazten du herritarrek ere politikaren indibidualizazioa egiten dutela, beren ideia eta kezkei erantzuten dieten egoeren aurrean azaltzen direlarik, «batzutan batzuk direla eta besteetan beste batzuk».

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