Inma Sayas

2023-11-21

PREMIOS

Me pregunto qué valor tienen los premios Planeta se acaban de conceder. En realidad me pregunto qué valor tienen los premios Planeta.  El premio gordo no lo he leído ni lo leeré y mucho menos lo compraré. Sobre el finalista solo puedo decir que está mal escrito. La frase con la que empieza la novela se merece un suspenso. Es incorrecta. Voy leyendo párrafos que me llegan y no entiendo que se pueda galardonar a un escritor que escribe mal. Todo esto no tendría mayor pecado si no fuera porque se lleva un buen dinero. No soy nadie para dármelas de escritora, no lo soy, solo escribo cosas para mí que muchas veces borro. Os mando la columna y seguro que gramaticalmente tienen fallos, pero yo no cobro por ello. Solo “dejo sangre en el papel que al día siguiente rompería…” como dice Víctor Manuel en una de sus canciones. 

El oficio de escritor es difícil. Admiro a los buenos escritores. Construir una historia que te atrape, que conecte contigo, que leyéndola te haga pensar que tú ya te habías sentido así…Eso es mágico. Como es mágico el momento en el que una criatura empieza a leer porque todavía no sabe que leer le abrirá las puertas al pensamiento y ahí está construyendo frases y sabiendo que esas letras, sin sentido hacía unos días, son palabras que tienen significado y que conoce y se ríe y sigue aprendiendo.

  Hoy se publican muchos libros, demasiados. Lees alguno y piensas que era prescindible y sin embargo le das valor a quien lo ha escrito porque lo ha pensado, se ha informado, ha pasado horas construyéndolo y todo eso tiene la recompensa de verlo publicado. Son muy pocos los escritores que pueden vivir bien de su oficio aunque lo hagan muy bien por lo que se deben sentir bastante mal cuando unos libros mediocres reciben un buen dinero. 

  El pasado invierno hice un curso de escritura autobiográfica con Ignacio Lloret. Después de cada sesión nos proponía escribir unas pocas líneas sobre algún episodio de nuestra vida que fuera real. Se lo enviábamos y nos lo mandaba corregido. Siempre había correcciones explicadas y ahí te dabas cuenta de lo difícil que es escribir bien. De la importancia de cada expresión, de cada palabra. Fue un curso demasiado corto. Ahí es donde me di cuenta de que no soy escritora en el sentido amplio de la palabra. Que escriba cositas no me da la categoría para sentirme escritora aunque cuando escribes algo, de alguna manera, un poco sí que lo eres. 

 

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