Pablo Idoate

Pablo Idoate

“Hablaremos de ese vicio saludable que no entiende de sexo ni edad. Ése que traspasa fronteras más allá de cultura y religión. Crea amistades, levanta pasiones y, además, es gratis. Consumiremos deporte. Dosis sin límites.”

2016-04-28

Pacific blue

Parece que al fin Pamplona va a regular en condiciones el uso de la bicicleta. Pensé que me moriría sin verlo. Adiós a dar brochazos a las aceras. Habrá a quien la noticia le haya traído al pairo pero a los que usamos las dos ruedas a diario para movernos por la urbe nos alivia tanto leerla como a aquellos peatones que les toca compartir aceras pintadas con nosotros.

Ya era hora. Ya era hora de que alguien tirase de sentido común. Hora de que se tomase como ejemplo lo que ya funciona en otras ciudades europeas. La idea es clara: bajar la bici a la calzada, estrechar los carriles para los vehículos a motor y crear un vial exclusivo para los ciclistas.

La infraestructura tendrá su miga pero con voluntad se hará. Otro tema será la convivencia bici-coche al mismo nivel. Ahí hará falta un poquito de eso que llaman educación. Ojo, por parte de los dos. La bici tendrá los mismos derechos pero también las mismas obligaciones que el coche. Costará y será progresiva, pero esa adaptación debería empezar en la escuela con un fomento del buen uso de la bicicleta. El carnet de conducir se saca con 18 años. Si para esa edad el susodicho ha vivido unos años como ciclista urbano, ya ha desarrollado un sentido del peligro que entraña esta convivencia y actuará en consecuencia el día que tenga que ponerse al volante.

También se están dando pasos en favor del eco-vehículo en nuestro pueblo. Se han rebajado los bordillos del carril-bici de la avenida Pamplona y ya se empieza a ver a algún agente municipal pedaleando por las calles sobre las bicis que les ha montado el bueno de Joxi. Habrá a quien le parezca un absurdo que se patrulle a lo “Pacific Blue” por Barañain pero en un pueblo como el nuestro, con amplias plazas y escasas carreteras, la bicicleta hará que la policía esté más cerca del vecindario que lo que lo hacía la furgoneta. Amén del gasto en gasolina.

En definitiva, esperemos que se continúe por esta senda tan demandada durante tantos años y que ver policías, concejales o señores con traje sobre una bicicleta no sea percibido como “postureo” sino como un ejercicio de responsable civilización.

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