Inma Sayas

2022-02-10

Los niños

Ayer estuve cuidando a mi nieta porque estaba malita y su aita tenía que llevar a mi otra nieta a patinaje. No paró de toser en el tiempo que estuve con ella. No tiene covid, pero no me quité la mascarilla en todo el tiempo. Cuando salí de su casa empecé a pensar en los niños, en todos los niños y me hubiera sentado en el suelo a llorar de la ternura que me producen. Veo a mis nietas que viven en una casa buena, con espacio suficiente para cuatro personas, con su terracita, aireada, soleada, con espacio en su cercado para jugar…en fin, que viven con dignidad física. Además tienen el cuidado y el enorme cariño de sus aitas. En resumen, son niñas protegidas y amadas.

Luego mi cabeza se disparó y empecé a pensar en el rastro que va a dejarles la pandemia. No lo sé como tampoco sé el rastro que dejó en los niños la pandemia del 18. Y de pronto me llené de angustia de pensar en los niños del mundo que no tienen la suerte de vivir como mis nietas. Niños en campos de refugiados, niños en pateras, niños hacinados en hogares, sin seguridad alimentaria ni sanitaria ni educativa, conviviendo con padres estresados por la situación, por el paro, por la falta de expectativas, aunque quiero creer que recibiendo todo el cariño que solo saben dar los padres. Pienso en esos niños que serán en poco tiempo los adultos que nos echarán en cara la mierda de mundo que les hemos dejado.

Yo creo que los niños en su infinita bondad y con la ingenuidad propia de la infancia son los que nos están dando ejemplo durante toda esta infinita pandemia porque han asumido los encierros y el no ir al parque ni al colegio…y no se han echado a la calle a decir que quieren cabalgata de Reyes o fiestas de cumpleaños o barracas en las fiestas o tantas cosas que se les han tenido que negar.

Desde hace bastante tiempo y a pesar de las cosas terribles que pasan y las pérdidas que voy sufriendo no lloro, no me sale llorar. Puedo estar indignada, pesimista, muy triste, un poco deprimida, pero no lloro excepto cuando veo algo relacionado con niños. Ellos son los que me mueven porque les hemos engañado, no les hemos dejado un mundo seguro y me horroriza por lo que van a tener que pasar. Cuando veo a mis nietas con esa ternura de quererte, esa ingenuidad tan espontánea, ese saberse a salvo porque están ahí sus aitas, rompería el dique de las lágrimas y lloraría hasta vaciarme. Lo mismo que esos niños de las campañas de las onegés. Qué tristeza me producen ¡¡¡¡¡ por Dios qué injusto es todo!!!!!

Pienso que si algo bueno ha traído esta pandemia, si es que una pandemia puede traer algo bueno, es la unión de países para desarrollar vacunas en tiempos impensables hace solo un año.¿ No podrían hacer lo mismo para ir curando otras pandemias que ahí están, el hambre, las guerras, el cambio climático, las enfermedades producidas por la pobreza, la miseria endémica, la incultura programada..? Y seguro que me dejo muchas más cosas. Quiero que los niños vivan y vivan bien, si los estados no les protegen ¿quién lo va a hacer?

Hay un libro que se titula Es usted un psicópata que tengo que leer aunque sé seguro que me va a dejar vuelta al aire porque de lo que va algo ya sé.

Hace unos años me enteré de que el 1% de la población es psicópata. Creo que esto ya salió en alguna de mis columnas. Aterrador. Este libro afirma que no todos son asesinos en serie, pero que la mayoría ocupan puestos de responsabilidad política, social, económica, etc. Que viven entre nosotros y que son maestros en el arte del disimulo. Te da las claves para identificarlos. No me extraña que estemos así. No me extraña que nadie que tenga poder tenga entrañas para mejorar nada. Es demoledor. ¿Puede alguien extrañarse de que los jóvenes no quieran tener hijos?

 

En fin…espero que mañana salga el sol y algún rayo en forma de buena noticia me ilumine el día. Hoy tengo el verso negro.

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