Pablo Alonso

Pablo Alonso

2013-10-12

Educación cívica, ¿pasada de moda?

Como futuro educador, me sorprende la facilidad con la que olvidamos nociones básicas de nuestro aprendizaje. En Barañain hay más de 150 personas padeciendo enfermedades mentales; y nosotros como personas cívicas que somos, debemos respetar e intentar comprenderlas, así como facilitar sus vidas en la medida de lo posible.
Pero, ¿dónde aprendemos nociones básicas de educación cívica y saludable?
La respuesta está en la experiencia vivida. Es decir, mediante la interacción dentro y fuera del ámbito académico, en familia, en la calle, en la televisión, en internet, en los libros… es decir, en todo aquello que nos genere un diálogo interior y/o exterior. Con todo ello, creamos una imagen de conducta a imitar, la cual puede ser considerada como aceptable.
Muchos/as pensarán que en el pasado había mejores valores cívicos, pero no es del todo cierto.
Los valores que nos han llegado hasta nuestros días fueron regidos bajo el sistema neoliberal. En el pasado no se respetaba a las mujeres, ni a los homosexuales y mucho menos a personas de ciertas nacionalidades; pero por otro lado se poseían unos valores colectivos muy fuertes. Este razonamiento me lleva a mencionar la teoría de Egoísmo Psicológico (Jeremy Bentham, S.XVII), la cual se resumiría como “el hombre es egoísta por naturaleza”; no se trata de un egoísmo selectivo, sino una conducta adquirida a lo largo del tiempo.
En la sociedad actual, los/las ciudadanos/as nos hemos vuelto egoístas o “pasotas”. No por mala fe, sino porque hemos estado viviendo muchos años mirando por nosotros/as mismos/as y aunque nuestro cerebro posea cimientos sólidos de civismo, olvida con mucha facilidad; y llegado el momento de interactuar socialmente, no sabemos si lo que estás a punto de realizar esta bien o mal.
Un caso particular,
Estaba de pie en la 4V dirección Barañain, cuando un joven con el brazo escayolado se monta y va pasando como puede entre la gente, buscando un sitio en el que colocarse. Ninguno de los presentes cede su asiento, pero al fondo, un joven de 10 años con sudadera azul, cascos de música y absorto con su videoconsola, se percata de él y su convalecencia, así que comienza a hacerle señas al joven, pero este no le ve. Cualquiera hubiese cesado, pero el niño comenzó a silbar para hacerse oír entre la gente hasta que captó la atención del joven e interpretó al instante lo que le quería decir “¿quieres el asiento?”. Y así fue, recorrió toda la villavesa a ojos de los viajeros hasta el joven  que le cedió el sitio.
¿Debería ser esto digno de ser contado? Por supuesto que no, porque es un acto cívico y educado que todos y todas deberíamos realizar. Pero como este acto hoy en día no es algo muy usual, creí conveniente mencionarlo.
Los modales están pasados de moda… solo espero que vuelva otra vez y no sea para volverse a ir. Porque una de las cosas que aprendí y con la que vivo  día a día es “No hagas a los demás, lo que no quieras para ti”.
Dedicado a ese joven de chaqueta azul.

Diseño y desarrollo Tantatic