Recuperar la historia silenciada de las mujeres de la posguerra, eje de las jornadas
El pasado jueves tuvo lugar la primera charla de los "Jueves con la historia".
El pasado jueves tuvo lugar la primera de las charlas sobre la historia de las mujeres navarras que vivieron la posguerra, incluida en el ciclo "Jueves con la historia" organizado por el área de Cultura y el Instituto Gerónimo de Uztáriz. Gemma Piérola fue la encargada de abril el ciclo con la conferencia titulada "El discurso represivo del régimen franquista y de la iglesia durante la posguerra", donde resumió algunas conclusiones y relatos recopilados en su tesis doctoral "Mujer e ideología en la dictadura franquista. Navarra 1939-1960".
El ciclo fue presentado por la alcaldesa Oihaneder Indakoetxea y por el presidente del Instituto Gerónimo de Uztáriz Javier Dronda, quien quiso contextualizar las charlas y subrayar la importancia de dar a conocer la historia de este periodo. También contó con la intervención de la técnica de Cultura Ana Díez de Ure que presentó a la ponente.
Represión ideológica
Al igual que señalará Javier Dronda, Gemma Piérola incidió en una idea de represión amplia, no limitada a la represión física y a los encarcelamientos o batallones de trabajo. «La represión afectó a toda la sociedad», señaló, para añadir que fueron «años de autoritarismo estatal y moralina eclesial, que recuperaron roles de género que no eran novedosos, pero que sí lo son al poner en relación con el estado franquista».
En este sentido Piérola opinó que «el discurso del régimen y de la iglesia se dirigió a potenciar la idea de que las mujeres debían limitar su vida al aspecto privado del hogar, algo que no es nuevo; lo que sí lo fue es que tenía intención de enlazarlo con el discurso católico más tradicional que establece a la mujer como esposa y madre. El régimen haría participe a las mujeres de la reconstrucción de la sociedad como reproductoras del nuevo orden social».
En una charla donde Piérola introducía extractos de la prensa navarra de la época y palabras de las mujeres entrevistadas para su tesis, la ponente fue desgranando cómo se hacían a las mujeres participes de esta reconstrucción. Por un lado, mediante la identificación del hogar con la patria, gracias a la exaltación del hogar cristiano «sin el cual no hay patria». «El hogar lo es todo y su puntal es la madre», recoge la prensa del momento.
Así mismo, se buscó controlar y reprimir los comportamientos sociales de las mujeres. «Controlar el desorden personal era controlar el desorden público», señaló Piérola. «Se elaboró toda una oratoria sobre la familia, el matrimonio y el hogar: bandos, normativas, escritos, librillos…incluso se prohibía el sentimiento de placer en la pareja». Igualmente, destacó la falta de datos sobre los métodos anticonceptivos y las practicas abortivas. «Esas prácticas se realizaban, ya que la iglesia y el gobierno continuamente aluden a este tema; por ejemplo, en el libro nupcial de 1941 que se entregaba a las parejas que se casaban se dice que el aborto es un delito de lesa religión y lesa patria».
El marco de intervención del estado abarcó todo tipo de elementos: los escotes, los dobladillos, los bailes… «se prohibía incluso bailar, pasarlo bien... el baile era la fuente de perdición que había que extirpar. Se llegó al punto de prohibir todo baile, se controlaron incluso los bailes infantiles y los bailes de caridad. El gobierno civil estableció horarios y lugares para bailar, para salvaguardar así la `higiene pública´», cuenta Piérola.
Contradicción
Según expuso la historiadora, el discurso entraba en contradicción con la necesidad de supervivencia de la población, ya que por un lado se trataba de recluir a la mujer en casa y por otro debía ser la sostenedora del hogar lo que la obligaba a salir del ámbito privado. «¿Qué estrategias de supervivencia buscaron? Por un lado el contrabando y el estraperlo. Eran las mujeres las que a menudo tenían más implicación. Lo recuerdan como una actividad que comenzó para ayudar a la economía familiar y que se realizaba, al principio, con productos para comer».
En este punto Piérola recordó la revuelta de 1951 por la subida del precio de los huevos. Según narró, las mujeres indignadas por el encarecimiento fueron en manifestación improvisada hasta el Gobierno Civil donde hubo enfrentamientos, «llegando a provocar el cierre de comercios». Según señala, «fue insólito por lo multitudinario y popular». Destaca que fueron las mujeres las que hablaron con el gobernador civil y que éste tuvo que transigir y tomar diferentes medidas como mejorar el racionamiento de alimentos y liberar a las personas detenidas sin represalias.
Otra estrategia fue el trabajo doméstico, tanto dentro como fuera del hogar: costureras, puntillas… «El trabajo femenino era duro y mal remunerado», añade.
Igualmente se dio una tercera estrategia, que fue la prostitución. «Era una práctica cotidiana, de hecho, no fue ilegal hasta el 56. Sin embargo, había que reprimir la promiscuidad y por eso se crearon instituciones que se ocuparan de las prostitutas para tratar de `redimirlas´».
«La adaptación social de las mujeres al régimen fue más real y generalizada de lo que demuestran muchos discursos. La población trataba de sobrevivir», señala la historiadora. Añade que «la realidad social de las mujeres no puede entenderse sin la influencia de la iglesia. Debieron de adaptarse buscando sus estrategias de supervivencia. Pocas veces se asimiló, aunque sí se cumplió», concluye.
Este jueves, sobre ideología médica
Este próximo jueves, día 8, a las 19:00 en la Casa de Cultura, la enfermera e historiadora Ana Urmeneta tratará la represión que sufrieron las mujeres con el discurso médico. A partir de esta charla el resto de conferencias y actividades tratarán de mostrar las resistencias que ofrecieron muchas mujeres durante este periodo: las redes de ayuda a las personas encarceladas en el penal de Ezkaba, las primeras huelgas tras la Guerra Civil con gran participación de las mujeres y la presencia de las mujeres en los movimientos sociales del tardofranquismo.
Itzulpena > Traducción
Gerra osteko emakumeen historia isildua berreskuratuz
Barañaingo Udalaren Kultura arloak eta Geronimo de Uztaritz institutuak antolatua, "Ostegunak eta historia" zikloari hasiera eman zioten iragan ostegunean, Gemma Pierola historialariaren "Erregimen frankistaren eta Elizaren errepresio-diskurtsoa gerra ostean» hitzaldiarekin. Bertan Pierolak erregimenaren ideologiak eta elizaren diskurtso katolikorik tradizionalenak bat egin zutela gogoratu zuen. «Bi diskurtsoek emakumeek bizitza etxeko espazio pribatura mugatu behar zutela adierazten zuten, berria ez zena, baina erregimenak hura baliatu zuen emakumeak gizartearen berreraikuntzaren partaide bihurtzeko», esan zuen Pierolak. Hori egiteko etxebizitza aberriarekin lotu zuen erregimenak. «Etxebizitza kristaurik gabe aberririk ez zela esaten zuen prentsak; eta etxebizitzaren ardatza ama zela», esan zuen Pierolak. Baita, pertsonaren kontrola eta errepresioa erabili zuen, «norbanakoaren desordena pertsonala kontrolatzea, desordena publikoa kontrolatzea zen».
Aitzitik, kontraesan inplizitua zegoela aipatu zuen hizlariak: diskurtsoek etxean egotera behartzen bazuten ere, familiaren sostengua zela azpimarratuz, emakumeek etxeko espazio pribatua utzi behar izan zuten familia sostengatzeko diru sarrera baten bila. Erabili zituzten estrategia batzuk aipatu zituen Pierolak: kontrabandoa, etxetik kanpo eta etxe barruan egiten zuten lana (josle bezala, adibidez) eta baita prostituzioaren bitartez.
«Emakumeen errealitate soziala ezin da ulertu elizaren eragina kontutan hartu gabe; emakumeen errealitatea anitza izan zen eta bizirauteko egokitu behar izan ziren. Kasu gutxitan diskurtsoak bereganatu ziren, baina bai bete zirela», adierazi zuen historiadoreak.
Datorren ostegunean, hilaren 8an arratsaldeko 7etan, Ana Urmeneta erizain eta historiadoreak emakumeengan diskurtsu medikuak izan zuen eragina aztertuko du eta ondorengo hitzaldi eta jardueretan emakumeek sortu zituzten erresistentziei buruz hitz eginen da: laguntza sareak Ezkabako presoen senideen artean; erregimeneko lehenengo grebetan emakumeen parte hartzea eta emakumeen presentzia frankismo bukaerako mugimendu sozialetan.