Alfredo Amatriain, una vida dispensando medicamentos

El próximo jueves se jubila uno de los primeros farmacéuticos de Barañain.

Alfredo, feliz, a una semana de jubilarse (Foto:Agustín Peña)

Mucho ha cambiado Barañain desde que Alfredo, Araceli y Javier abrieran la primera farmacia que tuvo nuestra localidad, en la Avenida Pamplona, allá por 1973. Con 19 años, el joven Alfredo Amatriain aprendió mucho del oficio en aquellos primeros años en la farmacia Cubillas, aunque no era su primera toma de contacto con una farmacia, ya que anteriormente estuvo trabajado 5 años en Nafarco, la cooperativa farmacéutica, cuando aún era un adolescente.

Cubillas fue la primera farmacia que se abrió en Barañain y posteriormente, a los 4 o 5 años abrió la farmacia de Latour en Pedro Bidagor. En aquella época Barañain no eran más que una docena de edificios, el pueblo viejo y el bloque de los Castaños. Entre ambas zonas no había más que campos.

Como hemos cambiado

Eran años de recetas escritas a mano, cálculos y sumas hechas a lápiz, llamadas telefónicas a Nafarco para que prepararán los medicamentos que traían en cajas de cartón… «Ahora todo está informatizado, los pedidos se hacen por ordenador, las recetas electrónicas… antes todo se hacía a mano, cogías una receta escrita a mano, la leías, le cortabas la etiqueta y calculabas el 20% que era lo que pagaba la gente», recuerda Amatriain.

«Los medicamentos también han cambiado mucho, no hay ni 100 de los que habría entonces, ahora todos son nuevos», añade. Por ejemplo inyecciones y supositorios, prescripciones que ya no se realizan. «Inyecciones se ponían mucho, te miraba el médico con la paleta en la boca, decía que tenías anginas, y eran cuatro inyecciones. Si tenías bastantes placas eran ocho inyecciones. Ahora te dan pastillas y los tratamientos se han acortado bastante; eso está mejor».

Productos cada vez más demandados son los productos de parafarmacia: cremas, jabones, etc. Los productos homeopáticos también tienen su mercado aunque como afirma, «se venden pero poco». «Por lo que veo aquí para cosas suaves y benignas sí que pueden venir bien esa clase de productos, para la garganta, afonías, o un tranquilizante suave para dormir o para realizar un  examen de conducir, por ejemplo; pero cuando los males son más agudos yo no tomaría homeopatía, me iría a la medicina convencional», opina.

Menos medicación

Medicamentos y la forma de dispensarlos no han sido las únicas cosas en cambiar, según opina Alfredo Amatriain. También existía otra forma de cuidar de nuestra salud. «No hay que abusar de los medicamentos, hay personas que enseguida se medican», opina. Añade que «enseguida se acude al centro médico» y también que «antes no había tanta cola en la consulta médica como hay ahora».

En aquellos años el centro de salud se situaba donde ahora está la oficina de correos y recuerda que había dos o tres médicos en aquel centro, los doctores Larreche y Luis Fernández y un pediatra, primero Elso y luego Menéndez. «No sé que población habría entonces, quizá 5.000 o 6.000 personas, te daban un número y pasabas enseguida. Ahora toca esperar bastante», recuerda.

Sin sustos

Estos días que son noticia los atracos en farmacias, Alfredo ha tenido la suerte de no sufrir nada parecido, aunque sí que en una ocasión recuerda que entraron de noche, aunque «aquí no hemos pasado ningún apuro». Sí, que al contrario, han tenido momentos para la risa, como aquellas veces que le pidieron suero psicológico, un locutorio o aspirinas fluorescentes.

A partir de ahora la vida continúa. «Llevo 42 años aquí y 5 en Nafarco, ya tengo edad para jubilarme, que vengan las jóvenes y que trabajen». Feliz de jubilarse a los 61 años podrá ahora disfrutar más de su nieta pequeña y del deporte, su gran afición. «Ya tengo el tiempo ocupado, hago mucho deporte; ir al monte, a esquiar, a andar en bici, correr…»

Itzulpena > Traducción

Alfredo Amatriain botikaria erretiratzen da

Cubillas botikan ikustera ohitu gara baina Alfredo Amatriain botikaria erretiratuko da datorren ostegunean, bizitza oso bat sendagaiak ematen iragan ondoren. Nafarco-n, sengaien kooperatiban, hasi zen lanean nerabea zenean eta bost urte bertan eman ondoren 19 urtekin hasi zen lanean Cubillas botikan, 1973an.

Cubillas botika izan zen gure herrian ireki zen lehenengoa eta ordutik hona asko aldatu da ofizioa. Lehen eskuz egiten ziren errezetak, eskuz kalkulatu behar zen bezeroak ordaindu behar zuena eta telefonoz egiten ziren eskaerak. Egun ordenadoraren bitartez egiten dira gauzak eta errezeta elektronikoak ditugu. Sendagaiak ere aldatu dira. Garai batean injekzio eta supositorio asko agintzen ziren eta gaur egun, piluren bitartez eta tratamendu motzago bati esker sendatzen gara.

Baina, gaur egun sendagai asko hartzen direla ohartzen du Alfredok. «Sendagaiak ez dira neurri gabe hartu behar,  jende askok azkar jotzen du sendagaietara», uste du.

47 urte lanean eman ondoren, bizitza oso bat, erretiratzeko garaia heldu da eta pozik dago aldaketarekin. Bere biloba txikiarekin gozatzeko denbora gehio izanen du eta baita kirola egiteko, bere zaletasunik handiena. Orain gazteei dagokie lan egitea.

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