2017-06-25
Jendartea · Sociedad
Un monolito reconoce a Karmele Solaguren 12 años después
La plataforma Karmele Gogoan coloca un monolito en recuerdo a la vecina y ex concejala del ayuntamiento de Barañain, Karmele Solaguren, y así visualiza que su muerte no fue un accidente de trafico sino consecuencia de la política de dispersión.
Noe López
El monolito colocado ayer por la plataforma Karmele Gogoan en los hierbines del número 12 de la Avenida Pamplona, busca el reconocimiento de las victimas por la política de dispersión, en concreto la de la vecina de Barañain Karmele Solaguren, que murió al ir a visitar a su Ekain preso en Madrid.
El acto comenzó con la lectura de una carta a Karmele en la que se le dibujaba una situación que poco a cambiado desde su muerte, hace ya 12 años. En la lectura se recordó que todavía familiares y allegados de Xabier Sagardoy, vecino de Barañain preso, siguen conduciendo cada fin de semana por las misma carreteras por las que Karmele y su pareja, Jose Luis Guerra, tuvieron el fatal accidente. "Y que te vamos a decir de lo que ocurre hoy; aún vivimos sentimientos encontrados cada vez que llega el fin de semana y sabemos que familiares y amigos van a visitar a Xabi". La lectura de la carta estuvo acompañada de la música en directo de un violonchelo.
La plataforma recordó que tras 12 años, las victimas de la dispersión siguen sin ser reconocidas por las instituciones y esperan que la instalación de este monolito, que cuenta con un respaldo social avalado por más de 500 personas y institucional por parte del ayuntamiento que ha autorizado su colocación, sirva para visualizar una realidad todavía negada. "Hacemos un llamamiento a instituciones y agentes políticos a que den el paso, y reconozcan a las víctimas de la dispersión. Mientras tanto, este monolito dará testimonio visible, permanente, concreto, objetivo, tangible y sin ambigüedades"
El acto finalizo con una ofrenda floral por los allí presentes, unas 200 personas, que fueron colocando rosas al pie del monolito, el que su hueco simboliza el vació dejado por Karmele (tiene la forma de su silueta) en el pueblo y los doce agujeros, uno por cada año en que este reconocimiento como victima no ha sido posible. Tras el acto se celebro una comida en la que participaron 70 personas dejando la sociedad en la que se celebro pequeña.