«Es una historia romántica curiosa, en la que la gente imagina»

“Love, pain, love” es la última obra teatral que protagoniza el humorista Ricardo Castella (1974, Madrid), junto a Angel Martín. Este sábado actuarán en el auditorio de Barañain para dar su particular perspectiva sobre el amor. Castella tiene un largo recorrido en la televisión. Entre otras cosas, fue colaborador de “Noche Hache” (Cuatro), presentador de “Se Lo Que Hicistéis”(La Sexta), y participante en “El Club de la Comedia” (La Sexta). Ahora también se ha decantado por el teatro y la música.

¿Qué tal acogida está teniendo la función?

Buena. Es una propuesta particular, alejada del monologo. Cantamos una película entre dos, y hace falta que la gente imagine, que haga ese esfuerzo visualizar de lo que contamos. Y eso también genera disfrute. Es un poco el teatro a la antigua. Es una historia romántica curiosa, en la que la gente imagina; una historia musical de amor.

¿Atravesada por el humor?

El punto de partida es un situación el la que dos personas acaban de dejarlo con sus parejas. Entonces, para acabar con su mala racha y volver a creer en el amor, Ryan, que es uno de los personajes, decide enamorar a una mujer, y luego dejarla. Pero tiene un problema, que de la que se enamore no puede ser rara, porque de las raras se pilla. No es una comedia al uso, sino vista desde nuestra perspectiva. Mostramos también los extremos que se pasan en el amor. De ahí el título de la función “Love, pain, love”.

¿Soys vosotros dos los que habéis llevado todo a cabo?

Si, básicamente aquí nosotros nos hemos encargado de todo. Normalmente este tipo de funciones tiene varias etapas, y de ellas se encargan diferentes personas. En nuestra actuación, sin embargo, acabábamos una etapa, y la siguiente también nos tocaba a nosotros. Lo hemos arreglado todo, ensayado, y somos los intérpretes. Es una cantidad de esfuerzo increíble comparado con los monólogos, pero merece la pena por todo lo que ofrecemos a la gente. La gente nos dice: «Veo a Angel y veo a Ryan Gosling», y me ven a mi y ven a Natalie Portman. ¡Hace falta imaginación para eso!

Os entenderéis bien Angel y tú para pasar tanto tiempo juntos...

Ryan quiere enamorar a Natalie y todo eso. Entonces hay una tensión. [Risas] Hemos pasado mucho juntos, grabando bucles con los instrumentos por ejemplo, mucho tiempo. Es bastante milagroso que no nos hayamos estrangulado. Y después la gente nos ve de un lado al otro del escenario, y eso lo valora, dice: «bueno, por lo menos se esfuerzan».

¿Qué tipo de instrumentos tocáis?

Teclado eléctrico, guitarra, generadores de señal, un par de baterías... Y creamos bucles, para después cantar sobre ellos. Recuerdo un momento de donde venimos, y comparado con hacer un monologo es impresionante la diferencia, porque en los monólogos coges un micrófono y hablas lo que tú has preparado. Esto requiere muchísimo mas trabajo. Recuerdo una vez estábamos en una sala de Valencia, y viéndonos recoger todo exclamaban: pero, ¿qué es todo esto? ¿Esto qué es?

¿Qué vais a ofrecerle al público de Barañain?

El teatro hoy en día ofrece una oportunidad como el cine, el olvidarte de tu gente y tus seres queridos. Pones el móvil en modo avión y te olvidas de que tu primo te mande fotos de gatitos.[Risas] Ofrecemos esa posibilidad de aislamiento. Y por otro lado también disfrutar de este tipo de actos. Es una película, pero se parece casi más a leer, eres tú quien se tienen que imaginar los pantanos de Florida a los que vamos en la función, o una recepción de un hotel. Damos la posibilidad de imaginar.