2017-03-22
Sociedad - Gizartea

La violencia contra las mujeres en nuestra sociedad actual

La violencia sobre las mujeres se produce en un contexto que es necesario abordar previamente. Ese contexto es una estructura social de género, una estructura de poder androcentrista con una jerarquía en la que el varón tiene supremacía sobre la mujer.

Foto: Escuela Social de Barañain

ESCUELA SOCIAL. Presenta este tema de marzo, Mari Mar González, por parte de la Escuela Social de Barañáin, dando algunos datos sobre fallecimientos y maltrato contra las mujeres en lo que va de año. A continuación, la ponente, Ruth Iturbide, Licenciada en Derecho, Diplomada en Trabajo Social, Técnica en Igualdad de oportunidades, Doctora en Trabajo Social y Profesora del Departamento de Trabajo Social de la UPNA hace la introducción del tema. Ha impartido numerosas sesiones, talleres, cursos, ponencias en Congresos y Jornadas y ha publicado en diferentes medios digitales y en la propia UPNA.

Comienza la ponente afirmando que la violencia sobre las mujeres se produce en un contexto que es necesario abordar previamente. Ese contexto es una estructura social de género, una estructura de poder androcentrista con una jerarquía en la que el varón tiene supremacía sobre la mujer.

En esta estructura la identidad de género de la mujer implica ser para los demás, lo que lleva asociada la idea de los cuidados, que es donde se centra la actividad que se ha atribuido a las mujeres (enfermeras, maestras, cuidado de los enfermos, de los dependientes…). Sin embargo, es preciso decir que muchas veces se ha confundido ese cuidado con los servicios (limpiar, ordenar… no es cuidado, es servicio).

La identidad de género masculino sin embargo está dirigida a ser para ellos mismos, deben ser los que más ganen, los que superen a los demás.

Con estas dos identidades se produce una estructura sexista en la que a la mujer se le atribuye menor importancia, lo que se puede ver en el menor salario o en el lenguaje sexista.

Cambios

En este momento se puede alegar que ahora ya nos es así, que los tiempos han cambiado y que se ha producido una incorporación de la mujer a todo tipo de trabajos. Sin embargo, en esta “nueva división del trabajo” los hombres se han incorporado a algunas cosas asociadas a la mujer, pero no de la manera que lo ha hecho la mujer a la estructura productiva. Sobre todo hay tareas de cuidado y de logística que todavía se mantienen en manos de las mujeres. Un hombre puede ir a la compra, pero lleva la lista preparada por la mujer, o lleva al hijo al parque, pero ella ha sido la que ha preparado todo lo necesario.

Para que se produzca un cambio real en las identidades de género debe cambiarse en androcentrismo, no debemos centrarnos en la producción sino en estar bien (los cuidados).

Nuestra estructura de género se basa en unos estereotipos que llevan a que ocupemos unos roles de género. Los estereotipos son los prejuicios y los roles la puesta en práctica de esos prejuicios. Por ejemplo, se da por hecho que la mujer tiene una disposición natural para cuidar y los hombres tienen que ser fuertes. Y la división sexual del trabajo lleva también aparejada una división emocional. Las emociones de las mujeres se deben de producir alrededor del llanto no de la rabia. Justo al revés ocurre con el varón, no debe llorar, sino que debe manifestar rabia, lo que lleva a la violencia y al dominio. En esta sociedad, los hombres tienen que ser dominadores y si no, son menos hombres. Todo esto transversaliza la violencia de género. Por ello, a mayor igualdad menor violencia y a menor igualdad mayor violencia.

La violencia sobre las mujeres, por tanto, tiene contexto, y la sociedad potencia ese contexto por medio de sus medios de comunicación, sus películas, sus series de televisión, etc.

La violencia sobre las mujeres también sufre un proceso, ninguna mujer estaría con un hombre que la maltratase la primera semana de conocerse. Los hombres están en la ley del dominio y las mujeres en la de ser queridas y por tanto quieren para ser queridas, lo que resulta muy atrapante en la relación. Además, la sumisión y la violencia se erotizan. Por ello, la violencia sobre las mujeres lleva un proceso que poco a poco va aumentando la dominación y el control, todo ello explicado como hecho por amor.

Tipos de violencia

Conviene también repasar algunos conceptos básicos. Violencia de género, violencia que tiene que ver con la estructura de género. Violencia doméstica, un término que debería desecharse porque se refiere sólo a un lugar donde puede producirse esa violencia. Violencia sexista, la que tiene que ver con la dominación de uno de los sexos sobre el otro. Terrorismo sexista, término utilizado porque había más mujeres muertas que víctimas de ETA, y eran mucho menos visibles. Y por último, feminicidio, término muy político en el que se asume responsabilidad por parte del estado en lo que les ocurre a las mujeres.

A continuación, Ruth, analizó las diferencias entre la legislación estatal y la Navarra en relación con la violencia contra las mujeres. En la ley estatal del 2004, se recoge la violencia contra las mujeres solo en al ámbito de las relaciones de pareja, mientras que en la ley foral de 2015 se tiene en cuenta toda violencia sobre las mujeres por el mero hecho de ser mujeres. En esta también se hace referencia a muchas situaciones de violencia y diferentes tipologías: violencia física, psicológica, económica y patrimonial, simbólica (medios de comunicación), institucional, laboral y social.

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