Inma Sayas

2020-10-12

Un libro

Lo primero a tod@s un saludo después de este largo descanso que nos han concedido la pandemia y el verano. Estamos aquí de nuevo y espero que os haya ido muy bien. No ha sido así en mi caso. Me quedé viuda en junio. Estoy aprendiendo a vivir en mi nueva condición. No quiero abundar en el tema, pero tenía que decirlo por si alguien no lo sabía. Dicho lo cual y como plazaberri nos deja escribir de lo que nos apetezca, hoy voy a hablaros de un libro que merece ser comentado porque es lo mejor que he leído en mucho tiempo y como al grupo nos gusta escribir y leer me siento en la obligación de recomendarlo. Se titula “El infinito en un junco”. Es un ensayo, pero yo, que no soy mucho de ensayos, me lo he leído con auténtica pasión. Va de la historia de los libros.

Es una lección de historia tan bien contada que no nos deja indiferentes a los que hemos tenido el placer de leerlo. La autora es Irene Vallejo. Tiene 41 años y mucho conocimiento en su cabeza. Su prosa y su vocabulario son tan asequibles que no te pierdes en la narración. El formato está tan bien estructurado que cada apartado te lleva a leer el siguiente porque son cortos y te enganchan, como en las series. Las lecciones de la historia del mundo antiguo son magistrales, sin pedantería y con enlaces a nuestra vida actual que nos llevan a valorar lo que se hizo por los libros en un pasado remotísimo sin los cuales hoy no tendríamos lo que tenemos. He aprendido más historia de Egipto, de Grecia y de Roma en estas páginas que todo lo aprendí en toda mi vida de colegios y de carrera.

El nivel de conocimientos que tiene es enorme. Es filóloga y tiene un don para escribir fuera de toda duda. Es muy difícil escribir sobre todo esto de una manera tan asequible. Ella lo hace fácil cosa que otros filólogos te aburren, a mí al menos.

Desfilan por él todos los personajes del mundo antiguo, reyes, poetas, césares, faraones, escribas, autores de teatro, maestras, sabios, espías… Caen imperios y surgen otros y la escritura y los formatos siguen avanzando y nos pone al día sobre cómo era la sociedad de entonces que tal vez hayamos mitificado, pero que era tan cruel y a la vez tan creativa como ahora o más si cabe porque no disponían de nuestra tecnología, pero no les faltaban ganas de idear, de imaginar, de crear.

Nos enseña tantas cosas, que yo al menos ignoraba, que cuando lo hayáis leído comprenderéis muchas cosas actuales y veréis que en corazón de los hombres está todo escrito desde siempre. Que también el deseo de imaginar, de idear, de fracasar y levantarse, de hacer que las ganas de contar sean igual antes que ahora y que por todo eso tenemos libros.

Pues eso. Que merece la pena leerlo. Igual ya lo habéis hecho y me decís : “Pardilla que ya lo conocemos” Por si acaso, yo ahí lo dejo. Voy a buscar algún libro que tiene publicado. Seguro que me gusta. Espero que no me decepcione. Sobre todo es de alabar que una persona con su cultura y su saber lo haga de la manera que lo hace. Gracias Irene por despertar nuestro interés en estos tiempos y hacernos pasar unos ratos tan agradables leyéndote. Gracias también por escribir un ensayo al alcance de personas que como yo no somos mucho de ensayos porque muchas veces nos han aburrido por emplear un lenguaje poco asequible. La escritura debe ser sencilla como quería León Felipe que le hiciera una cruz un carpintero…” Hazme una cruz sencilla,

carpintero…

sin añadidos

ni ornamentos…”

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