2021-01-08 Kultura · Cultura

La Asociación de Tallistas de Barañain, una forma artesanal de hacer pueblo

Fundada en 2006, los y las vecinas de Barañain reconocerán sus obras que decoran nuestras calles, cómo las tres esculturas de la plaza de los Sauces, de diseño complicado y orgánico, talladas en troncos de madera de tres antiguos árboles que había antes en ese mismo lugar. O también las célebres esculturas de goma de neumático que fueron expuestas durante un tiempo en el paseo de la avenida comercial frente al bar Basoa, entre ellos un impresionante caballo negro. Todos ellos donados, puesto que se trata de una Asociación sin ánimo de lucro, que busca dar cobijo a los y las vecinas interesadas en la escultura, y ofrecer lo que tan bien saben hacer de vuelta al pueblo.

Nos hemos pasado por el pequeño local de la Asociación de Tallistas de Barañain, situado en la avenida Comercial, entre el Club de Jubilados y el centro social Herrigune, donde nos ha acogido su presidente, Antonio Hernández González. En la actualidad son 13 los socios y socias que hacen uso de este espacio, aunque son muchos más los que han dejado su huella en él, puesto que está lleno de obras talladas en madera de todos los tamaños y formas que los y las diferentes tallistas han ido dejando ahí, formando una gran y variada galería. 

Entre las estanterías repletas de tallas y figuras de madera, y las resistentes mesas de trabajo, en un rincón pueden encontrarse diferentes trozos de madera sin tratar, tablones, tocones y troncos, todos ellos de madera reciclada. Los habitantes de Barañain solemos despreocuparnos de lo que les depara a los árboles enfermos o viejos que se talan, o a los bancos de madera que se renuevan. En cambio, es la Asociación de Tallistas la que suele estar atenta para que esa madera no se pierda, y así darle una nueva vida a través del arte. La mayoría de las veces acaba desperdiciada, como es el caso de los bancos de madera que había antes en el parque, nos ha explicado Antonio, que con patas de forja de hierro y todo, terminaron en la basura. El reciclaje y la ecología forman uno de los ejes de los Tallistas, que crearon el jardín urbano, de plantas aromáticas y medicinales, formado por diferentes materiales reciclados, entre ellos neumáticos. Este jardín está situado detrás de las pistas de atletismo, aunque lo tuvieron que quitar temporalmente y ahora están a la espera de que el equipo de gobierno les de permiso para volver a colocarlo en el lugar que se le otorgó en la anterior legislatura. 

Son proyectos como este los que la Asociación busca seguir haciendo, explica Antonio, pero lamenta que no sea el Ayuntamiento el que dé oportunidades para hacerlo. La falta de exposiciones de las obras de arte hechas por los ciudadanos, la falta de interés en promover la cultura y la actividad colectiva, son algunas de las carencias que ve de parte de las instituciones. “La gente tiene ganas de hacer cosas por el pueblo, de moverse y unirse, pero el Ayuntamiento no pone de su parte, no apoya las iniciativas del pueblo, y la oposición tampoco actúa al respecto”. Ha dado el ejemplo del fenómeno de las bajeras, que tanto se ha arraigado la última década, donde los más jóvenes han dejado las calles para meterse en las bajeras, “ahí no molestan”, dice, “pero tampoco hacen nada. Habría que ofrecerles actividades, enseñarles que en sus manos tienen la capacidad de crear cosas. Como es el caso de la talla, donde, de un trozo de madera cualquiera, puede salir un juguete, por ejemplo”.

Antonio, soldador de profesión, descubrió la talla en una época dura de su vida, y esta le ayudó a sobrellevarla. “Me salvó la madera. Cuando te pones frente a un trozo de madera, con una idea en la cabeza, y dibujas y te pones a darle forma… Te olvidas de todos los problemas. Puedes pasar tres horas tallando y ni te das cuenta, disfrutas”. Piensa en aquellas personas que puedan estar jubiladas, o con mucho tiempo libre entre las manos y sin saber muy bien cómo ocuparlo, y explica lo beneficioso que puede ser encontrar una ocupación tan completa como puede ser el mundo de la escultura. Conocer los diferentes tipos de madera y sus propiedades a la hora de tratarla, crear desde cero y ver el producto final, el proceso creativo… Todo ello puede ser muy reconfortante. Y además, si a esto le unes el factor social que guarda tras de sí la Asociación de Tallistas, crea una actividad que puede ser enriquecedora para cada uno pero también para el colectivo, para el pueblo. 

Ahora que sabeis donde estan, quien tenga interés en el mundo de la talla puede pasarse a saludar y a conocerlos. Ahora, por cuestiones de seguridad frente al COVID19, se tienen más en cuenta los ratios, pero su horario es muy flexible y siempre pueden hacer turnos. Esperemos que el año 2021 de más valor a la cultura, que tanto ayuda a superar momentos difíciles.

 

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