El testimonio de Garbiñe Urra incluido en el informe basado en el Protocolo de Estambul

Se trata de uno de los 45 casos analizados para redactar el informe sobre el uso de la tortura con las personas detenidas en régimen de incomunicación.

Urra junto a Iñigo González, quien también denunció torturas. Foto:Plazaberri.

El Protocolo de Estambul es una metodología avalada por la ONU que mide la consistencia de los testimonios de tortura que son investigados por personas expertas en la materia: doctores, psicólogos, psiquiatras, médicos forenses, peritos, psicoterapeutas… hasta 30 profesionales de la salud. Según se recoge en el informe “Incomunicación y tortura, Análisis estructurado en base al Protocolo de Estambul” las 45 personas peritadas «han hecho un relato cierto y sustancialmente veraz de lo que constituyó su experiencia de detención incomunicada», el 53% de los testimonios tiene un grado de credibilidad de «máxima consistencia», mientras que el 31,1% es «muy consistente» y el 15,6% «consistente».

Según se explica en el informe, «la muestra está compuesta por 45 personas vascas detenidas en régimen de incomunicación en virtud de la legislación antiterrorista entre enero de 1982 y diciembre de 2010, que han referido malos tratos o torturas (independientemente de si han interpuesto o no denuncia por vía judicial)». Abarca, por lo tanto, épocas diferentes, pero tambiém militancias divergentes, todos los cuerpos de seguridad implicados en torturas y períodos de incomunicación diferentes (de 1 a 10 días), según se recoge en el informe.

Testimonio de Garbiñe Urra

Uno de los casos estudiados es el testimonio realizado por la vecina de Barañain Garbiñe Urra, detenida en 2009 acusada de pertenecer a Segi y posteriormente absuelta junto con otros 40 jóvenes. Con motivo del juicio Plazaberri entrevistó a Garbiñe Urra y Ion Ziriza, ambos incluidos en el mismo sumario, y en aquella entrevista Urra relató los malos tratos sufridos. (http://www.plazaberri.info/jendartea/han-querido-cortar-todo-tipo-de-movimiento-en-nuestro-pueblo).

En la entrevista señala que sufrió malos tratos físicos y psicologicos, entre ellos también malos tratos de carácter sexual y amenazas de muerte en los cuatro días que duró su incomunicación. Tanto ella como otras personas detenidas denunciaron haber sufrido torturas. «Personalmente, se me hace muy duro recordar todo lo que sucedió en aquellas largas horas y aunque es dificil, tenemos que aprender a vivir con ello. Porque a una persona torturada, creo que jamás se le puede olvidar todo lo que ha sufrido», añadía en aquella entrevista. Garbiñe Urra interpusó denuncia en el juzgado de Pamplona, denuncia que ha pasado a un juzgado de Madrid.

Sin informes forenses

El informe constata que sólo en el 25% de los casos peritados se lograron informes médico-forenses efectuados en el período de incomunicación. «Durante la detención no se respetan las debidas salvaguardas de procedimiento en los reconocimientos médico forenses. De informes médicos deficientes no se puede concluir la no existencia de la tortura» indican en el informe.

Asimismo, alertan del uso cada vez mayor de técnicas de tortura psicológicas que buscan la desestructuración de la identidad personal y que «nos lleva a considerar la existencia de personas expertas que han instruido en las mismas a los cuerpos de seguridad y reafirman la convicción de que los relatos no han sido inventados». Asimismo, indican que «la mayoría de los interrogatorios consisten en la inculpación de personas del entorno, señalamientos de fotos y listas de nombres de personas» y que «el estudio muestra claramente cómo se detiene e interroga a personas pertenecientes a todo el espectro social en torno a la izquierda abertzale a las que se detiene para auto reproducir el sistema de detención – señalamiento – detención».

Consecuencias psicológicas

Las consecuencias psicológicas que han sufrido las personas analizadas tras su periodo de inclomunicación incluyen trastorno de estrés postraumático (53,3% de las personas peritadas), trastorno depresivo (13,4%) y trastorno por ansiedad de suficiente relevancia clínica (6,7%).

El informe también señala los síntomas que las personas peritadas tienen en la actualidad: recuerdos dolorosos, evitación a hablar de lo sucedido, pérdida de interés por cosas que antes gustaban, sentimiento distante de la gente, dificultad para dormir o concentrarse, vivencias de culpa, síntomas moderados o graves de tristeza o depresión… «La tortura cumple con dos de sus cometidos principales, la ruptura del tejido social y el quiebre de la identidad» sentencia el informe.

Medidas de reparación

El informe finaliza proponiendo medidas de reparación. «Para las personas peritadas la principal y más urgente medida de reparación sería el reconocimiento de los hechos, que la tortura existe y poder terminar de una vez con ella». Asimismo, indican que «más dañino que la propia experiencia traumática es, en muchas ocasiones, la negación social, el vacío, la no validación, la privatización del daño y las acusaciones de mentira o simulación».

Entre las personas expertas que han participado en el estudio hay profesionales de la salud procedentes de Madrid, Valencia, Donostia, Bizkaia, Vitoria-Gasteiz, Barcelona, Copenhague y México, país del que procede la persona ha que ha realizado la evaluación externa del estudio. Esta investigación cuenta además con el apoyo de Juan E. Méndez, relator especial de la ONU sobre la tortura, y Ben Emmerson, relator especial de la ONU sobre la promoción y la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo.

Itzulpena > Traducción

Garbiñe Urraren testigantza torturaren txostenean barneratu dute

Irailean Madrilen aurkeztutako “Inkomunikazioa eta tortura. Istanbuleko Protokoloan oinarritutako analisi egituratua” txostenean ageri da Barañaingo Garbiñe Urraren tortura testingantza beste 44 testigantzekin batera. Txostenean osasunaren arloko 30 profesionalek parte hartzen dute eta helburua NBEek abalatutako Istanbuleko Protokoloarekin tortura testigantzak aztertzea da. Adituek testigantzak benetakoak zirela aitortu zuten, %54ko testigantzei gehinezko funtsa aitortu zioten, %31,3ari funts handia eta 15,6ari funtsa zutela. Era berean, inkomunikazioak 45 pertsona horiei utzi dizkien eraginak ere aztertu dira.

Ikerketa egiteko garai ezberdinetako tortura testigantzak hartu ziren kontutan, 1982tik 2010era inkomunikazioa pairatu eta torturak salatu zituztenak. Horien artean 2009an Barañainen atxilotu zuten Garbiñe Urraren testigantza dago. Garbiñe Urra eta Ion Ziriza barañaindarrak sumario berdinean epaitu zituzten eta bizitako prozesua kontatu zuten Plazaberrik egindako elkarrizketan.

Txostenaren egileek torturak pertsonalitatearen eta sare sozialaren haustura eragiten duela ziurtatzen dute eta pertsona hauek jasandakoa ordaintzeko torturaren aitortza egin behar dela esaten dute, «tortura existitzen dela aitortzea, berarekin bukatzeko». «Norbanakoaren esperientzia baino kaltegarriagoa da ezeztapen soziala, hutsunea, baliozkotzat ez jotzea, miña pribatizatzea eta simulazio edo gezur akusazioak egitea», diote ikerketan parte hartutako adituek.

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