Inma Sayas

2018-03-07

Mujeres

Estaba estos días debatiendo conmigo misma sobre qué escribir en mi columna. Mis pensamientos iban desde lo de la religión islámica en los colegios, pasando por lo del mapa del euskera hasta llegar al día de la mujer.

Me he decidido por el día de la mujer. Cierto que me sobrepasa de alguna manera y no porque no sea importante, que lo es, es que a veces me ocurre que cuando se habla en todos los foros del mismo tema y durante tantos días se me funden algunas neuronas , que, por otra parte, igual es cosa de la edad.

Sin ser de ello muy consciente creo que soy feminista de nacimiento, sin alardes, sin banderas, pero toda mi vida en activo he trabajado, he peleado por sueldos dignos, he dado a mis alumnas el mismo trato que a mis alumnos y a todos ellos y ellas les he hecho reflexionar sobre la igualdad. Y en el mismo bando estaban mis increíbles compañeras de trabajo y seguramente casi todas las mujeres que trabajaban en el mismo centro.

Estaba dándole vueltas a lo de las cuotas de género en los partidos políticos de nuestro país y en un primer momento pensé que qué pena que no haya más mujeres en cargos públicos porque desde ahí es desde donde se puede legislar y cambiar las leyes hasta donde haya que cambiarlas para que desaparezcan de una vez por todas cosas tan feas como la brecha salarial etc. etc., pero de pronto he pensado que ese no es el problema. El problema es el pensamiento, el corazón, las tripas, en definitiva, la manera de situarnos en el mundo.

¿Por qué digo esto? pues porque me han venido a la cabeza nombres de mujeres que sí ocupan cargos públicos y que ningún favor hacen ni a las mujeres ni a nadie. Marie Le Pen, Esperanza Aguirre, Ana Botella, Ana Beltrán…y una larga lista de mujeres que flaco favor nos han hecho y nos lo pueden seguir haciendo. Además, aquí en España, por una increíble unión de toda la derecha y una ancestral desunión de toda la izquierda casi siempre gobernará la derecha y todos sabemos de su talante democrático y social.

Las mujeres que yo quiero no ya tanto para mí como para las niñas del mundo tienen que ser mujeres con un pensamiento moderno, abierto a las nuevas ideas, que tengan empatía con los/las desfavorecidos/as, que legislen sin prejuicios ni de clase ni de sexo, que dejen a la mujer llegar hasta donde quiera llegar, que puedan brillar con luz propia, que puedan tener todas las libertades que han tenido los hombres, que no tengan que estar demostrando cada día lo que valen, que nadie les ponga la mano encima. Podría decir más cosas, pero dejo a mis lectores que cada uno añada lo que quiera. En definitiva que puedan hacer posible que no haya más días de la mujer.

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