Inma Sayas

2019-05-23

Lo siento pero...

Lo siento, no era mi intención volver al tema de la pederastia porque puede parecer oportunista, pero oyendo lo que estoy oyendo y leyendo lo que estoy leyendo no me queda más remedio que volver sobre él y es que además no dije todo lo que quería decir porque pensé que me estaba extendiendo demasiado.

Estoy indignada como madre que defiende a sus crías; como católica por el clamoroso silencio de algunos mandatarios que deberían dar una respuesta contundente ante estos hechos; como maestra que ha tenido a su cargo durante muchos años a muchas criaturas; como mujer ante la salacidad de muchos hombres y como ser humano al que le gustaría ser “el guardián  entre el centeno” para proteger a todos los niños y niñas del planeta para que nadie les pusiera nunca una mano encima sino para cuidarlos.

¿Cómo es posible que durante años hayáis sido capaces de actuar impunemente de semejante manera sobre los niños que teníais a vuestro cargo? Contabais con la confianza que depositaron en vosotros sus padres. Fallasteis a su confianza y ahora, sabiendo lo que sabemos, nos habéis fallado a todos. ¿Os están sacando los colores?¿Estáis arrepentidos porque os avergüenza lo que hicisteis o porque se sabe lo que hicisteis?¿Quién os dijo que había barra libre? ¡Qué asco!

De verdad que escucho perpleja las declaraciones de los adultos que antes fueron aquellos niños abusados. En todos ellos se oye el dolor ¿Cómo han podido vivir sus vidas con ese peso en el alma? Me gustaría saber si este fenómeno se da únicamente en la iglesia católica o si es por igual en todas demás. Si es lo primero ¿puede ser el celibato una de las causas? Someter al cuerpo humano a un celibato obligatorio es antinatura. Por otra parte todo lo que está saliendo a la luz ha ocurrido hace bastante tiempo lo que me lleva a pensar que la infancia, hasta hace relativamente poco, ha sido bastante maltratada porque se consideraba que los niños no eran importantes. Se les podía asustar, castigar, pegar y hasta sodomizar impunemente. Por desgracia siguen siendo seres inferiores en muchos lugares de la Tierra de ahí todo el comercio con niños y niñas con abominables fines lucrativos.

Cierto que puede haber personas que se sientan atraídas por niños, pero deben saber que hacerles daño de cualquier manera es un delito y que si lo cometen lo han de pagar lo mismo que el que roba o mata. A un niño/a no se le toca. Aquí doy por terminada esta serie sobre pedofilia. Ya hay mucho escrito en los periódicos y no creo que se pueda añadir nada más. Mejor si no hubiéramos tenido que escribir sobre esto.

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