Inma Sayas

2017-04-10

La fragilidad

¿No os pasa a menudo, cada vez más a menudo, que andáis en vuestros quehaceres tan tranquilos y de pronto salta una chispa y os arruina el día o los días sucesivos? Esa chispa puede ser cualquier cosa o de cualquier índole. Una mala noticia familiar, un atentado que deja una irreparable estela de muerte y de dolor en cualquier lugar del mundo, una mala noticia política, cada vez más frecuente, un desastre natural...  A mí me ocurre y es entonces cuando, como decía el poeta León Felipe en su libro" Este viejo y roto violín, "se me descompone el violín y se me pone el verso negro" porque me doy cuenta de lo frágiles que somos.

Antes, pero antes, antes, uno no se enteraba de las noticias inmediatamente, ni de las buenas ni de las malas. Todo llegaba con retardo y además sin apenas imágenes ni la repetición histérica de las mismas. Una se enteraba cuando se enteraba y de muchas ni siquiera llegaba a hacerlo.

La Real Academia Española define la palabra "frágil" como quebradizo, que se rompe con facilidad.

Somos muy frágiles. Cualquier cosa nos puede romper por dentro o por fuera. Nos puede dejar desarmados, con la esperanza cada vez más menguada y sin respuestas. Vamos por la vida creyéndonos inmortales y a salvo y no estamos a salvo de nada ni somos inmortales.

Porque somos frágiles deberíamos cuidarnos mejor los unos a los otros. Deberíamos impedir que nadie atente contra nadie, pero nuestros brazos no son tan largos como para impedirlo.

Los mayores atentados contra la fragilidad humana los propician los políticos que nos gobierna, salvo honrosas excepciones, con sus medidas. Cuando no hay problemas, los crean. Nos lanzan a unos contra otros. Nos dividen. Hacen que nos miremos con recelo cuando no con odio. El otro es tu enemigo. Mentira, el otro es tan frágil como tú. En definitiva: nos arruinan la vida.

Desde que supe hace poco que el 1% de la población nace psicópata entiendo mejor lo que nos pasa y siento de manera más palpable la fragilidad del ser humano.

Naturalmente no todos son asesinos al uso, pero todos tienen una absoluta falta de empatía para con sus semejantes. No sentirán nada ante el desastre que hayan podido causar y no entenderán por qué al resto de sus semejantes si les afecte.

Muchos de ellos nos gobiernan y otros muchos están en puestos de responsabilidad y si pensamos en cuántas personas son el 1% de la población...es inquietante ¿no?

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