Inma Sayas

2019-06-22

El verano

Kaixo lectores. Esta columna va más relajada y como llega el verano quiero expresar lo que para mí significa este tiempo. Hay muchas maneras de sentirlo y de vivirlo, tantas como personas. Mi manera es esta que no es ni mejor ni peor que tantas otras, simplemente es la mía.
Hace ya un tiempo, tal vez desde que me jubilé, que prefiero la esperanza del verano al verano en sí y me ocurre lo mismo con las navidades. Las expectativas que suelo tener ante un hecho celebrativo o vacacional son siempre superiores a lo que luego ocurre en realidad.
Vaya por delante que lo que voy a escribir son mis sensaciones, mis experiencias y que son sólo mías. El verano es un tiempo raro. Me gusta porque hace buen tiempo, se lleva ropa ligera, se está más en la calle, cañitas en las terrazas, piscina o playa, el moreno favorece, hay mucha luz…Por el contrario también tiene algunos inconvenientes. Exceso de calor, incendios forestales ( suelo tener el alma en vilo por nuestros increíbles montes). Todo esto te puede afectar más o menos según dónde vivas. Yo vivo en Barañain y el verano le sienta francamente mal, al pueblo digo. Vivir en verano en Barañain es deprimente. Hasta el 6 de julio todo es bastante normal, pero a partir de ahí y hasta finales de agosto parece que hubiera pasado la peste y hubiera barrido a la mayor parte de la población excepto en las piscinas de Lagunak.Los comercios cierran por las tardes y durante los sanfermines incluso algunos bares y cafeterías. ¡ Ojo! que me parece muy bien que también los comerciantes puedan disfrutar de las buenas tardes del verano
La gran mayoría de mis veranos han transcurrido en el pueblo, en Alsasua. No he sido yo ni de soltera ni de casada de muchos viajes. Cuando era joven la verdad es que no se viajaba mucho. Con los hijos en el pueblo no se estaba mal. Después vinieron unos cuantos años de veranos en Donosti y por último a causa de la enfermedad de mi marido en Barañain. ¿ Se puede sentir añoranza de algo que no has vivido? Pues yo la tengo de veranos que no he vivido pero que he imaginado. Veranos de playas pequeñas en pueblos pequeños sin hordas de turistas alrededor. Veranos imaginados de los que me hubiera gustado disfrutar. Veranos baleares con su inmisericorde sol, su cielo, sus aguas, su gastronomía…
Hay en el verano de los que no viajamos una rara sensación de soledad, de abandono .La mayoría de las personas con las que sueles quedar no están. La piscina a la que yo voy es pequeña y voy sola. Me gusta porque es tranquila y puedes nadar muy a gusto en tu calle sin ser molestada. No conozco a nadie más que de vista, de verles allí verano tras verano. Voy con mi libro y mis cascos, hago el ritual, un poco de sol, un baño, vestirme y a casa…. Y así poco a poco vas notando que la sombra de los árboles va cambiando y que se va terminando agosto y que en pocos días guardarás todo lo de la piscina y la vida volverá a su ritmos de siempre y aunque tu verano no haya sido el mejor, era verano y te da pena ver que los días se acortan y que llegan los días de menos luz (aunque en compensación la luz de los atardeceres del otoño es única) y que hay que volver a tomar las rutinas del otoño y del invierno y de la primavera hasta que por fin te vuelves a deshacer de ellas y crees que este verano va a ser diferente…Sin embargo no sé por qué derroteros me va a llevar el verano que llega, no lo sé. No puedo saberlo ni siquiera imaginarlo. Ojalá pueda deciros a la vuelta que todo ha ido bien, ojalá.

En fin. A todos mis “sufridos” lectores os deseo la mejor para vuestros veranos. Que estéis donde estéis y hagáis lo que hagáis disfrutéis muchísimo de las merecidas vacaciones. Nos volvemos a leer a la vuelta, cuando Barañain vuelva a ser un pueblo habitado.

FELIZ VERANO

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