Gutuna - Cartas

2014-11-20

Ya me pagarás la próxima semana

Imanol Napal
Ex-vecino de Barañain

He salido a la calle de esta pequeña ciudad de diez millones de habitantes acompañado de esa banda sonora habitual de flemas ascendiendo la tráquea de aquellos que en su esfuerzo de expulsar el mal interior producen tan exquisita música. El cielo tenía un color ceniza y al comprobar el  móvil, la aplicación de polución atmosférica me daba el aviso en rojo intenso:  205 ug/m3. Por si alguno dudaba… Sí, vivo en China.

El frio ha llegado y los termómetros se derrumban y llegarán hasta esa temperatura impensable de menos treinta grados. Es solo cuestión de tiempo, por lo que más vale estar preparado. Por eso, y como intrépido aventurero y viajero, he decidido adentrarme en la ciudad y buscar alguna ganga en algún bazar desconocido, esto… Me he ido directo al Decathlon. Tal vez por que como buen vasco esta es la tienda de ¿confianza? Pero esta pequeña plegaria no trata de descuentos ni nuevos productos en esa nuestra gran tienda del deporte sino en aquello que me ha sorprendido en el exterior.

Los chinos pueden ser muchas cosas. Pueden ser unos cerdos que escupen, eructan, estornudan o hablan como si la persona que tienen pegada a ellos en la hora punta dentro del metro estuviera al otro lado del mundo. Pueden ser los peores y mas insoportables clientes además de el mayor productor de CO2 y gases invernadero del planeta. Pueden incluso ser una gran enciclopedia de medicina natural y un testigo de la historia del mundo gracias a sus archivos escritos durante su no corta historia de cuatro mil años (Ellos vivían ya  en la edad media  llena de señores de la guerra cuando nosotros nos vendíamos por cuatro promesas a un judío en taparrabos). Pueden incluso guardar una gastronomía que nada, y nada es nada, tiene que ver con lo que comemos en los restaurantes chinos ¿quién coño se inventó el rollito de primavera?

Pero igual modo no quiero ser yo quien juzgue o compare una u otra cultura. Este es un canto a la esperanza. Un canto a la inocencia . a esa confianza en los demás que vamos perdiendo al crecer gracias a frases tan maravillosas y célebres como “si es que de bueno eres tonto, o ¿tú qué te crees, que todo el monte es orégano? O  esta que tanto me gusta, tú vives en la inopia ¿no?

“Jode, pues no tengo suficiente"

“No te preocupes, puedes pagarme otro día o la próxima semana”

Era la primera vez que la veía y mi casa está a hora y media de camino. Sus palabras no denotaban chanza ni broma. Lo decía totalmente en serio. Lo mejor de todo, que no es la primera vez que me pasa. No me imagino comprar algo en un puesto del mercado de Bilbo y que la tendera me diga con total confianza: Ez kezkatu bihotza, ordainduko didazu hurrengo egunie!

Para acabar, diré solo una cosa, que los chinos de buenos son….. ahora se tú quien acabe la frase.

Diseño y desarrollo Tantatic