El futuro del trabajo

Interesante tema el que propone Iñaki Jauregi en su artículo. Keynes ya
aventuró el fin del trabajo en un ensayo de 1930. La acumulación de
capital al ser acumulativa permitiría conseguir cubrir las necesidades
humanas prescindiendo del factor humano, es decir la tecnología al
reproducirse exponencialmente permitiría prescindir del factor trabajo
(automatización), justo lo que propones. Este cambio no se ha dado y cabría
preguntarse por qué. ¿Qué factores pueden impulsar (o torpedear) el cambio
en nuestro modelo de producción-consumo? Habría que buscarlos por el lado
de la oferta y de la demanda.

Por el lado de la oferta laboral, el incremento de la publicidad y el cambio
ético de una sociedad basada en el trabajo a una sociedad basada en el
consumo, hacen que estemos dispuestos a trabajar más para aumentar nuestro
consumo, en vez de trabajar menos para aumentar nuestro ocio. De hecho la
frontera entre ocio y  consumo se ha diluido y esto puede explicar parte de
la terciarización de la que hablas.  Además la globalización ha permitido
trasladar la producción hacia el este y retener los beneficios aquí,
logrando aumentar nuestras posibilidades de consumo a un coste muy bajo (para
nosotros).

Luego para que renunciáramos al trabajo primero se debería dar un cambio de
valores.

Por el lado de la demanda laboral, las empresas seguirán demandando trabajo
siempre que el valor añadido de éste sea menor que su coste. Y cuanto menor
sea el valor añadido de la mano de obra (y no sólo la occidental sino la
global) menor será su poder de negociación, menor será el salario y más
cara será la alternativa autómata. Por esto, previo a la automatización
total cabría esperar una precarización considerable de las condiciones
laborales.

Además si bien el proceso tecnológico ha logrado reducir el factor trabajo
en el proceso productivo industrial, (aunque esto no se haya traducido en una
reducción de la jornada laboral por lo expuesto en el segundo párrafo) no
ha logrado crear una economía circular sostenible en cuanto a materiales.
Así que la automatización encontraría otro freno en el precio de la
energía eléctrica necesaria para implementar el proceso.

Una vez alcanzado el teórico punto de producción sin trabajo, habría que
lograr que éste fuera un equilibrio. Es decir, que el flujo de la renta se
mantuviese. Aquí entraría en juego el papel de la renta  básica que
mencionas. Puede que su introducción sea la única (o no) solución a un
futuro inexorable (el equilibrio previo de condiciones de trabajo precarias
se podría mantener), su introducción sí que sería una medida propia del
comunismo “más radical”. Aumentar los impuestos a los propietarios del
capital productivo para dárselo al factor trabajo improductivo de cara a
mejorar la equidad social e introducir a éste último dentro del sistema
productivo mediante la terciarización que mencionas. Aquí hay un escollo
importante y es la resistencia de los propietarios a repartir la riqueza que
creen haber generado.

En resumen, para que los no propietarios del capital productivo puedan vivir
sin trabajar; Deberíamos cambiar nuestra percepción de éxito, reduciendo el consumo y
dedicando esos recursos a otras actividades. De esta forma eliminaríamos el
freno por parte de la oferta laboral, y evitaríamos otro límite por el que
ha pasado de puntillas pero que es fundamental ya que no depende de un
equilibrio decisional sino físico. La esquilmación a la que sometemos al
planeta con nuestro consumo desmesurado. Y de paso dejaríamos de explotar al
80% de la población mundial.

Deberíamos consolidar un poder político que en pro de la mayoría social
consiguiese hacer un reparto justo del progreso técnico conseguido por la
humanidad en su conjunto durante los últimos siglos.

Viendo el panorama actual, si tengo que aventurar que el fin del trabajo
industrial llegará. Me decanto porque llegará por la vía del agotamiento
de los recursos planetarios, que hará que la materia prima con la que
trabajamos sea insuficiente para ocupar a la mano de obra.